EE.UU.
jamás puede provocar la guerra ni a mí ni a nuestro Estado. Todo el territorio
norteamericano está al alcance de nuestro ataque nuclear y en todo momento está
a mi disposición el botón nuclear en el escritorio de mi despacho. Esta es una
realidad, y jamás una mera amenaza, que deben tener bien claro, dijo Kim Jong
Un, Máximo Dirigente de la República Popular Democrática de Corea en el mensaje
de año nuevo 2018.
Se
trata de la severa advertencia a EE.UU. que, incluso instigando a sus
seguidores, fabrica sucesivamente diabólicas “resoluciones sobre las
restricciones” y movilizando gran cantidad de recursos estratégicos nucleares,
intenta arrebatarle a la RPD de Corea la soberanía y los derechos a la
existencia y el desarrollo.
El año
pasado llegaron al extremo las maniobras de Estados Unidos para aislar y
asfixiar a la RPD de Corea. Cada vez que este país, para prevenir el chantaje
nuclear y de guerra contra él mismo, tomaba medidas autodefensivas, EE.UU. lo
tildó de “atentado” contra la paz del mundo y de “provocación” que daña la seguridad
de la humanidad y fabricó varias “resoluciones sobre las sanciones” en el
Consejo de Seguridad de la ONU.
Su
presidente Donald Trump, en el discurso de base pronunciado en la Asamblea
General de la ONU efectuada en septiembre del año pasado, lanzó sin
consideración alguna las palabras violentas como la “destrucción total” y la
“extinción” de la RPD de Corea. EE.UU. lanzó los recursos estratégicos
nucleares a Corea del Sur y su contorno para aplicarle el chantaje nuclear a la
RPD de Corea; realizó los ejercicios navales y aéreos conjuntos de envergadura
sin precedentes en la historia para golpear a sus objetos estratégicos; y con
miras a detectar cohetes balísticos de Norcorea y rastrearlos, junto con Japón
y Corea del Sur hizo ejercicios de dar alarma al misil en las aguas de la
Península Coreana.
Al
fines del año pasado, en Estados Unidos se oyó mucho el rumor de que era
probable que Trump emprendiera el ataque anticipado contra la RPD de Corea.
Según las afirmaciones de los interesados del Pentágono, la probabilidad de que
en 2018 con el ataque anticipado de Estados Unidos ocurra el choque militar en
la Península Coreana es de 40 a 50 por ciento.
Los
medios de prensa estadounidenses, concediendo especial atención a la reunión
apartada de Trump con el jefe de la CIA Pompeo, el ex embajador estadounidense
en la ONU Bolten y otros partidarios de la línea dura, comentaron: “La carreta
de guerra de la administración Trump se puso en movimiento”, “Hace recordar la
administración Bush de aquel tiempo cuando hacía preparativos para la guerra
contra Iraq”.
Pero,
la RPD de Corea tiene potentes medios de golpe nuclear con los que puede
reducir a cenizas a Estados Unidos.
En la
guerra contra este país no conseguirá nada más que la mengua y la bancarrota.
“Si
estalla una guerra contra Corea del Norte es probable que el territorio
estadounidense sufra mayor desastre que durante la II Guerra Mundial”, “En
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón en un instante morirán dos millones de
personas”, dicen los estadounidenses.
Trump no
debe jugar con el destino de sus habitantes.